Como dicen mis amigos, soy “muy temática” y cuando me da por un algo
me gusta explorarlo y explotarlo a fondo. Así que a partir del viaje a Suiza me
he aficionado a la raclette.
Se que hay miles de entradas en internet sobre cómo preparar una buena
raclette así que me enfoco en que sea un verdadero éxito CON NIÑOS.
El punto de partida es lógicamente tener el cacharro en sí, con su
buena plancha de piedra y sus espátulas para el queso. Os recomiendo que encendáis
la plancha con una antelación mínima de 10’ ya que la piedra es más lenta que
una pancha de teflón estándar y luego se tarda muchísimo en cocinar la carne. No
es necesario añadir aceite a la piedra porque la propia carne ya suelta su
grasilla y es suficiente.
Como ingredientes os sugiero:
Para la piedra:
- Salchichas tipo alemán
- Carne de ternera de añojo cortada en tiras
Para acompañar y mezclar con el queso
fundido:
- Preparar una bandeja de embutidos combinando jamón serrano y york o cocido
- Patatas pequeñas cocidas
Y por supuesto el queso especial para
raclette en lonchas del tamaño perfecto para las espátulas (no tan fácil de
encontrar, Carrefour y El Corte Inglés).
Con esos ingredientes tan sencillos los
niños se pueden dar con un canto en los dientes. No hacen falta más salsas ni
condimentos.
La mecánica consiste en fundir el queso
en la espátula (bandeja de debajo de la raclette y combinarlo con las patatas
y/ o los embutidos. Y aparte cocinar la carne en la piedra.
Se trata de una forma más festiva de
comer, ¡ideal para el fin de semana!
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