Este fin de semana hemos estado en el campo.
Hemos ido a un bonito hotel rural para que nos lo den todo hecho, eso sí, 10 adultos y 9 niños, la mayor de 6 años. ¡Qué delicia, qué relax, qué aire puro en el campo…! Hmm, bueno lo último sí, lo único, ¡vaya estrés y cansancio que nos hemos traído de vuelta!
Primer día: excursión al Arroyo Bejarano. La pareja más madrugadora se pone en marcha a las 9:30 de la mañana camino del arroyo. Nos llama: esto es muy bonito, un poco cansado pero a buen ritmo (¿?) se puede hacer en una hora, hay una cascada… en fin, parece un idílico paseo por el campo.
El resto de la expedición se pone en marcha dos horas y media después, tras haber conseguido desayunar y hacer acopio de todos los elementos necesarios para el paseo (carrito de niño? mochila? agua? Cambio de ropa varias veces porque hace calor…). Comenzamos a andar bajo un sol de 30º, ¿quién dijo una hora a buen ritmo? Claro, ¡como ellos iban disfrazados de Coronel Tapioca! Tras dos horas de camino y varias deserciones llegamos a una…¿a qué le llaman cascada en Córdoba? Un chorrito de agua que sale de una roca y no merece ni una foto, ¡ayyyy qué cansancio!
Por suerte un alma caritativa recoge a mujeres y niños en un jeep, en plan Titanic.
Al día siguiente nos vamos de excursión a Medina Azahara, ¡qué bien, vamos todos a culturizarnos un poco! Y yo me pregunto, ¿es que no hay en toda la provincia de Córdoba ningún otro sitio que visitar? ¿Es que toda Andalucía se ha puesto de acuerdo en visitar las ruinas el domingo por la mañana?
Muy bonito. Hala ya lo hemos visto. Vamos a comer.
Por suerte hacemos parada en una venta que tiene un castillo hinchable para los niños. ¡Qué maravilla! Las madres podemos por fin charlar un rato mientras los maríos se entretienen lanzando por los aires a los peques.
¡Esto del campo sí que es descansar!